Tiempo de arena

Este no es un blog de libros, sino un espacio para mis más queridas aficiones, y los libros son una parte muy importante de ellas, me acompañan a diario desde que aprendí a leer, pero también son importantes y  hasta diría que terapéuticas mis otras aficiones, el bordado, las labores.
Curioseando por  la blogosfera he conocido blogs muy interesantes tanto de labores como de libros, así llegué al El universo de los libros. Conocí a Tatty y me apunté a su desafío de sagas familiares y después a la lectura conjunta saga familiar. Es la primera vez que participo en una lectura conjunta y hoy me toca publicar mi reseña, aunque está programada desde hace tiempo ya que soy de las últimas y no quiero que se me olviden algunas impresiones ni dejarme influir por otras reseñas anteriores a la mía.
Como antes decía, este no es un blog de libros, ni mis reseñas son reseñas, solo son impresiones personales porque no tengo formación para criticar ciertas cosas, como antes se decía, yo soy de ciencias.
Tiempo de arena es lo primero que leo de Inma Chacón, pero posiblemente no sea lo único porque su lectura ha supuesto una buena experiencia.
Casi todo lo que he leído de sagas familiares han sido historias de mujeres, y esta historia también lo es. Tres hermanas de una familia noble son las protagonistas: Mariana, Munda y Alejandra, junto con Mª Francisca, la hija de la primera. Mujeres de personalidades diferentes, a veces opuestas e incluso incompatibles.
Mariana es la heredera del título, representa la tradición, la altivez y la intransigencia, que la lleva a extremos de verdadera crueldad incluso con su hija, una criatura tímida y acomplejada. Aunque ésta al final demostrará una fuerza y una determinación que sorprenderá a todos.
Esclaramunda, o Munda como es conocida  la hermana mediana,  es la independencia, la seguridad en si misma, tiene una personalidad arrolladora, opuesta y enfrentada permanentemente a Mariana.
Alejandra es la hermana pequeña, la debilidad de las dos mayores, la que es capaz de sacar lo mejor de cada una de ellas. En Alejandra les gustaría verse representadas y a la larga se convertirá en el único nexo de unión de Mariana y Munda.
A mi parecer es Alejandra el personaje principal, el que va creciendo con la novela, se va formando, tomando sus decisiones y determinaciones con firmeza, la que se sobrepone a las dudas y toma las riendas de su vida; es el futuro. El más pintoresco y atractivo para mí es Munda, que es el pasado colonial, lo exótico,  pero con la vista puesta en el futuro, mientras que el pasado, caduco y encorsetado es Mariana.
La novela comienza con la muerte de Xisca, Mª Francisca, la hija de Mariana y sobrina de Munda y Alejandra, que en su lecho de muerte pide a sus tías que busquen a sus hijos, de los que ninguna tenía noticias. Es el punto de partida de una búsqueda en la que se irá revelando el pasado de la familia e iremos conociendo los pormenores de la personalidad de cada una de las protagonistas.
La historia nos llevará a distintas localizaciones: Toledo, Madrid, Valencia, El País Vasco, Alejandría y Filipinas, lugares donde vivió la familia o donde lleva la búsqueda de los pequeños.
Transcurre entre finales del siglo XIX y principios del XX,  por lo que nos enseña unos retazos de los avatares sociales de esos años: el fin del colonialismo español con la pérdida de Filipinas, los inicios del feminismo, la lucha por el voto femenino, el ingreso de la mujer en la universidad y la dificultad con que se encontraba  para poder ejercer una profesión liberal, el movimiento obrero y la masonería femenina. Aunque a mí, seguramente por desconocimiento, la parte que trata de la masonería no me ha convencido demasiado.
También hay bonitas historias de amor y de desamor,  llenas de misterio y exotismo. Una buena experiencia y un libro muy recomendable.
Aquí os dejo una sampaguita o flor de nylad, la flor nacional de Filipinas, siempre presente en la novela.